En caso de que el fallo de la Corte Internacional de
la Haya se resuelva a favor de Colombia, dicen expertos, que el país le pondría
fin a un conflicto “eterno” por el litigio limítrofe de la isla.
Por: Col prensa
Cerca de 32 años de conflicto lleva Colombia y Nicaragua por la soberanía
de la isla de San Andrés.
En 1928 los dos países firmaron el tratado Esguerra Bárcenas, para
definir fronteras en el Caribe. En ese entonces, Nicaragua estaba ocupada por
EE.UU.
En 1980 la Junta Sandinista declaró nulo el tratado y reclamó el
archipiélago con cayos, plataforma continental y territorio marítimo.
Con cadenas de oración y otros actos de fe, los sanandresanos esperan que
la Corte Internacional de La Haya falle a favor de Colombia el litigio
limítrofe marítimo con Nicaragua. La sentencia se conocerá en una
semana.
Para Colombia, se trata de un territorio que ha
controlado históricamente y para Nicaragua significaría un aumento sustancial
de territorio que contiene, además de los cayos, “un lecho marino y
posibilidades de exploración y explotación de recursos naturales”, como lo
advierte el director de Derecho Internacional de Eafit, Rafael Tamayo.
Dos cosas son claras en este proceso: Colombia no pudo haber evitado el
litigio y, una vez fallado, los dos Estados cumplirán la decisión. Raúl Molina,
profesor de Derecho Internación de la UPB, indica que en caso contrario los
países podrían ser objeto de “medidas de retorsión, que no es el uso de la
fuerza física, pero sí bloqueos o embargos”.
Colombia no pudo evitar la controversia ante la CIJ, pues a pesar de
haber tenido la posibilidad de negar su jurisdicción en la definición de
fronteras, esa situación hubiera traído nefastas consecuencias políticas, dice
el excanciller Fernando Araujo.
El primero de los dos escenarios posibles es que la Corte Internacional
beneficie a Nicaragua con su fallo. Ya sea, concediéndole todo lo que pide, o
dándole solo algunas pretensiones. En ambos casos, el país centroamericano
termina con territorio marítimo e incluso terrestre que hoy no tiene.
Colombia, que se ha reconocido como defensor del Derecho Internacional,
optará por acatar el fallo, y la flota que hoy patrulla la frontera tendría que
ser movida hasta donde el fallo lo establezca. Se trata del “panorama más
oscuro”, dice Tamayo.
En el mapa quedarían enclavados los territorios que ya se determinaron
como colombianos, es decir, San Andrés, Providencia y Santa Catalina. Eso
significa que las islas como tal son de Colombia, pero las aguas que las rodean
serían de Nicaragua, así como los cayos adyacentes de Serrana, Serranilla,
Roncador y Quitasueño, entre otros. Con esa decisión, se desconocería la
delimitación histórica que ha tenido Colombia sobre la base del meridiano 82.
Una de las consecuencias del aumento de territorio para Nicaragua se ve
representada en el potencial de explotación y exploración de recursos naturales
que ahora tendría a su disposición, para sacar provecho económico o por el
contrario destinarlo a conservación.
Sin embargo, la historia ha demostrado que los fallos de la corte, no
conceden todas las peticiones a solo una de las partes.
Lo Que Cuenta la Historia
El único panorama en que Colombia sería la gran ganadora en el litigio
con Nicaragua por la frontera marítima, sería, si la corte, en un hecho sin
precedentes, le otorga la razón completa al país y deja los límites en el mar
Caribe como están en la actualidad.
El profesor Molina asegura que “no
hay antecedentes en el que los magistrados de la Corte le den la razón completa
a alguna de las dos partes sino que, por regla general, dan fallos salomónicos.
Y eso significa que se les reconozca parte de la soberanía de esas aguas a
Nicaragua y parte a Colombia”.
La pretensión de Colombia desde que se inició el litigio es que se
mantengan los límites como hoy están porque mover al menos un centímetro la
frontera hacia la derecha es perder territorio.
Dos consecuencias se derivarían de la decisión de la
Corte y que resultan beneficiosas para el país en materia diplomática: “Nos vamos a quitar el problema de
encima, de que cada vez que llegue un Gobierno nuevo a Nicaragua haya que
discutir si los tratados son o no válidos”, sostiene
Tamayo.
Lo otro, es que al definirse los límites en el mar Caribe con Nicaragua,
Colombia deberá revisar sus fronteras con Honduras y Costa Rica porque el
meridiano 82 ha sido un referente histórico