Durante generaciones el cangrejo negro ha sido una de las mayores fuentes de bienestar para las familias de las islas, en él encuentran además de una oportunidad de trabajo, la posibilidad de compartir más horas al día con sus seres queridos.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito -UNODC- apoya de manera financiera y técnica a la organización Providence Sweet Crab Association -ASOCRAB-, con el propósito de mejorar sus condiciones de vida por medio del aprovechamiento sostenible del animal, al tiempo que se fortalece una práctica cultural arraigada entre los isleños teniendo siempre como punto de partida la responsabilidad de no poner en peligro a la especie ni afectar el ecosistema.
Según los integrantes de ASOCRAB ésta es una muy buena fuente de trabajo que les permite, entre otras, brindarle a sus hijos acceso al sistema educativo.
La familia hace parte de los procesos de captura, despulpe y preparación; Doris Bernard, representante legal de la asociación, relata cómo al llegar la noche los hombres, algunas mujeres y sus hijos mayores suben a la montaña con linternas para capturar los cangrejos. Al siguiente día luego de un proceso de cocción el cangrejo cambia su color de negro a rojo.
En la actualidad UNODC apoya el proyecto en la consecución de su propia sede, centro de acopio y sala de procesamiento con el propósito de seguir mejorando la vida de más de 23 beneficiarios directos y 13 indirectos, en su mayoría mujeres de Providencia y Santa Catalina.
Productos del cangrejo
La pulpa y la grasa resultantes se utilizan en sopas; los huevos y el caparazón acompañan platos de comida típica de la región como el famoso Crab back y las muelas son comercializadas en el mercado gastronómico local y en San Andrés.
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