El sonido de Miss Raggamuffin

Se llama Isabela, pero le dicen Miss Raggamuffin. Habla de sexo, es colombiana y toca dancehall.

Por: JULIÁN ISAZA

Es puro poder, pura fiesta, puro sabor antillano. Miss Raggamuffin llega sin delicadezas, con una propuesta que no conoce discreción ni corrección política. Lo suyo es la celebración. La celebración de la noche, del cuerpo, de la tierra, del sexo y de la mujer, a través de un sonido que invoca el movimiento y unas letras que hablan de libertades.

Miss Raggamuffin es el nombre artístico de Isabela Escobar, una mujer de 25 años que nació en Cartagena, pero que se crió entre la isla de Providencia y la ciudad de Medellín. "Siempre viví entre la isla y Medellín y por eso me identifico con las dos: soy isleña y soy paisa. Pero Providencia siempre ha sido una constante en mi vida, tanto como casa de verano, como vivienda, como en amistades profundas y en arraigos e identidad", dice. Y por eso su música fusiona lo urbano con lo isleño bajo el contagioso sonido del dancehall, un género que, como ella explica, tomó fuerza en Jamaica en la década de los 80 y es, "en los términos más simples, la mezcla de reggae con hip hop".

Hace poco sacó el sencillo 'Tease me', el primero de un álbum que se llamará 'Something sexy, something sweet', y tendrá nueve temas que se irán lanzando uno a uno para finalmente poner en el mercado todo el disco, producido por Benny B, de Audiolírica Entertainment, David Cárdenas, de Sonido Azulado (quien ganó dos Grammy Latinos con Calle 13), y Thunda Ball Records (el sello creado por ella y su hermana, Juliana Escobar). Se trata de una canción provocadora en la que una mujer seduce sin inhibiciones a un hombre, y viene acompañada de un video que expresa la misma sensualidad con una factura impecable.

Pero 'Tease me' es solo lo último de una carrera que comenzó hace tiempo. Isabela aprendió desde muy niña a tocar el saxofón, el piano y la guitarra; a los 11 años grabó los coros para un disco de Jahmin McLean (quien es un conocido músico de Providencia) y a los 16 años montó su propia banda de ska y reggae que se llamó Jamaican Aroma. Luego fue MC y tocó con la banda bogotana Skartel y más tarde, en el 2008, grabó su primer disco, 'Hear this'. También cantó y se fue de gira con la legendaria banda inglesa The Selecter, abrió un concierto del jamaiquino Shaggy y dentro de su discografía se cuenta 'Combinations', un disco de colaboraciones con varios artistas nacionales.

Ella, que también es diseñadora gráfica, grafitera y está en camino de convertirse en tatuadora (tiene 18 tatuajes que ha diseñado ella misma y está aprendiendo las técnicas para hacerlos), quiere proyectarse no solo en la escena nacional, sino también en la internacional. Y todo parece indicar que tiene con qué.

"Les canto a los hombres, a las mujeres, al sexo, a la farra, a la comida, a lo que siento, a los despechos", Miss Raggamuffin.

¿Por qué sacar un álbum ('Something sexy, something sweet') por canciones y no todo el disco de una vez?

El long play ya lo tenemos grabado, pero vamos a ir sacando una canción cada cierto tiempo. Nos hemos asesorado y nos han dicho que no soltemos el álbum entero, sino que hagamos marca hasta que valga la pena sacar el álbum y que se venda. Creemos que todas las canciones son muy buenas y queremos que cada canción tenga su momento, sus 15 minutos de fama y la atención que se merece.

El video de 'Tease me' ya tiene casi 20.000 vistas en Youtube y es de una calidad impresionante…

A mí me gusta hacer cosas de buena calidad y por eso no he sacado mucho, porque cuando quiero hacer algo, lo hago bien. Si ves los otros videos también son muy buenos. Prefiero demorarme y sacar algo bien bonito que sorprenda a la gente y que se confundan, que digan "¡esta vieja de dónde es!".

¿Pero cómo logró una producción de esa calidad siendo independiente y con recursos limitados?

Nos tocó gestionar recursos. Si uno no tiene la plata, entonces busca los contactos. Por ejemplo, somos muy amigos de Congo Films, que es una productora que tiene los camiones, los equipos y las cámaras, y nos ayudaron bastante. También la gente aportó su trabajo. Por ejemplo, el director y los extras son todos amigos. Por eso yo digo: "si no tienes la plata, entonces ten amigos".

En este momento hay gente que conoce y reconoce su trabajo, pero aún no es tan masivo ni suena con frecuencia en radio. ¿Cómo hacer para que llegue a más personas?

El mundo de la radio es un clubcito cerrado, y como nosotros somos 'antipayola', pues entrar a la radio comercial no es fácil. Sin embargo ahora tenemos un promotor de radio y poco a poco hemos empezado a rotar en algunas emisoras y también están subiendo los 'views' en Youtube.

Y también cuentan mucho las redes sociales…

Las redes sociales han sido muy importantes y yo soy supertuitera y es muy bacano ver lo que piensa la gente, sus juicios y prejuicios. Con las redes uno puede estar en contacto directo con la gente, y la gente lo puede ver a uno como es.

El dancehall es un género que puede ser un poco machista en sus letras, y usted tiene un mensaje feminista. ¿Por qué escogió este género?

El dancehall es machista, pero también la mujer toma un papel activo. Hay mujeres líderes como Lady Saw, que es la única vieja jamaiquina que tiene disco doble platino. Hay muchas mujeres haciendo dancehall. Y esas mujeres son muy feministas. Tú ves a Lady Saw y ves a una mujer totalmente líder, que es una matrona fuerte, arrecha, vulgar, brava, gritona, que ocupa espacio, que es grande, que es bacana.

¿Para usted, qué es ser feminista?

Ser feminista es creer en la igualdad de géneros, en igualdad social, en educación, en oportunidades y trabajo. Ser feminista no es ser hembrista. La sociedad espera ciertas cosas de los roles de los hombres y de las mujeres; dice los hombres deben ser así y las mujeres así. Por ejemplo, las problemáticas de la violación y la violencia sexual me impresionan y me afectan mucho, porque me parece muy loco que la sociedad les diga a los manes qué deben ser y qué es lo que uno tiene que esperar de ellos. Los hombres no son unos animales locos de deseo que no son capaces de controlarse, y eso es lo que les dicen. Pero ustedes no son eso, ustedes son seres igual de inteligentes, sensibles, hermosos, armoniosos y familiares.

'Hear this' fue su primer disco y ahora con 'Somethimg sey, something sweet' espera proyectarse tanto en el país como afuera.

En sus letras hay un alto contenido sexual. ¿Cómo juega eso con el feminismo?
Hay varios tipos de feminismo; hay unos que son pro sexuales y otros como muy antisexuales. Yo soy pro sexual, me gusta la libre expresión y estoy en contra de la satanización de las mujeres que son sexuales. Por ejemplo, es permitido que un hombre sea sexual y no una mujer, porque las mujeres son o vírgenes o mamás o putas. Para mí sí es una reivindicación ser libre con el tema del sexo.

¿Y en una sociedad como esta, que todavía es un poco goda, no le preocupa que su propuesta pueda resultar un poco escandalosa?

Me parece mejor todavía. Yo creo que hay que ser un poco irreverente para que la gente hable, para que le paren bolas. Hay que salir de entre todo lo masivo. Hay cinco millones de propuestas y todas son iguales, entonces como que por ser comercial se pierde la autenticidad y se vuelven demasiado diplomáticos. Cuando uno es un poco fuerte con las cosas que quiere decir, como que logra abrir un espacio entre el montón de cosas que hay ahí y sacar la cabeza y gritar, y de pronto alguien lo oye. Entonces es hasta más importante ser un poquito escandaloso y rebelde, y en ese sentido es bueno.

No es común ver a una mujer blanca haciendo música antillana. ¿Cómo lo toma la gente, sobre todo la de la isla?

Que yo sea blanca llama la atención de forma positiva y negativa. Positiva porque es novedoso, y negativa porque puede parecer apropiación cultural. Es imposible que la gente pueda entender el contexto. Los sanandresanos, por ejemplo, piensan que les estoy invadiendo un poco su cultura por ser 'paña' ('español') y alguno podría decir "fucking, paña". Pero eso es lo de menos, ¿cómo van a saber?, y uno no puede ponerse a dar explicaciones. Pero la gente de Providencia sí dice "ella es isleña".

¿Cómo llegó a cantar con The Selecter?

Cuando estaba grabando el primer disco ('Hear this'), un amigo me presentó a Charley Anderson. Un día fuimos a conocerlo, era un rasta jamaiquino, de 60 años, con las rastas rojas y después monas y después blancas. ¡Lo máximo! Y le hablé en creole y como en Jamaica hablan patuá, que es casi lo mismo, entonces ese man me amó. Lo acompañé a todas partes y resulta que él es el bajista de los Selecter y vive acá en Bogotá. Él me dijo que fuéramos a Inglaterra porque se estaba juntando la banda y que Pauline Black (la vocalista) estaba peleada con ellos, entonces que la reemplazara. Yo no fui voz principal, pero me ponían a cantar una que otra canción y a corear. Me fui como dos meses y tuvimos un toque grande y otros pequeños en bares.

¿Tiene planes para cantar afuera?

Ahora estamos viendo la posibilidad de irnos a Alemania a un festival rodante, pero todavía no es seguro. Todo el tiempo estamos con la idea de mirar para afuera, pero este año estamos más calentado las máquinas y trabajando con el disco.

¿Qué le gustaría que le sucediera en su carrera?

Yo sueño con ir a todas las Antillas: coger desde arriba e ir por las Antillas Menores y bajar por Guadalupe y Martinica y de pronto tocar en Curazao, en Aruba, en Jamaica y Trinidad y Tobago. Ese es mi tour soñado.

JULIÁN ISAZA